La práctica del deporte cuando estamos en proceso de rehabilitación es clave, ya que ayuda a paliar los efectos del síndrome de abstinencia.
Practicarlo de forma regular ayuda a reduir los niveles de ansiedad, estrés y depresión mediante la liberación de endorfinas, las hormonas de la felicidad y responsables de la alegría, el optimismo, la relajación o el placer. Estos elementos actúan como análgésico natural y alivian la tensión emocional.
Es normal que una persona se sienta ansiosa o deprimida cuando tiene abstinencia, pero el ejercicio puede fomentar una vida sana y sin adicciones.
En este sentido, se ha demostrado que el ejercicio:
• Reduce los antojos y el uso de sustancias.
• Disminuye la efectividad de las drogas, disminuyendo la susceptibilidad al uso y abuso.
• Restaura las células cerebrales dañadas por el intenso abuso de drogas.
• Produce «recompensas neurológicas» y aumenta la autoestima.
• Reduce la ansiedad y el estrés.
• Promueve un mejor sueño.
• Mejora el pensamiento y proporcionar una perspectiva positiva.
• Llena un vacío, ofreciendo estructura y rutina.
• Sirve como un mecanismo de afrontamiento constructivo.
La actividad física, por tanto, contribuye a la recuperación física, psíquica y social de la persona a través de la realización de actividades grupales que promueven la participación y cooperación.
Por ello desde nuestro centro insistimos en la importancia del deporte como herramienta terapéutica durante el proceso del tratamiento para superar una adicción.
Las actividades físico-deportivas muestran una mejora física de los pacientes, así como, del equilibrio personal. Incluir en la nueva vida del paciente rutinas deportivas ayuda a combatir posibles situaciones de recaídas y al tiempo que aumenta la motivación personal.
El deporte ayuda en la mejora de la coordinación, el equilibrio, la flexibilidad, la disciplina, la integración en un grupo y, contribuye a equilibrar el llamado triángulo de la salud: físico, psicológico y social. El hecho de realizar algún tipo de práctica deportiva hace que el paciente ocupe su ocio y tiempo libre evitando posibles recaídas.
Es importante concienciar a los pacientes de la necesidad de ocupar el tiempo libre con hábitos saludables, en contacto con otras personas y que no les lleve a un aislamiento que derive en posibles recaídas.
El ejercicio siempre ha sido recomendado por los profesionales de la salud para el mantenimiento y mejora de la calidad de vida, sobre todo en el tratamiento de las drogodependencias.